martes, 25 de febrero de 2014

Sorpresas. (Vainilla y humo 4)





Las maravillas vienen de sorpresas, y las sorpresas acaban con la experiencia.


Mayo 


Él la había llevado a casa una noche.

Se había prometido a si mismo que no volvería a ver a esa descarada rubia de nuevo. Él debía intensificar su juego y encontrar a otra chica, una que quisiese hacer aquello que él le pidiese.

La había encontrado en el mismo bar y tuvo que admitir que se sintió un poco decepcionado de encontrarla sola otra vez. Ella debía tener algún amigo, pensó con tristeza. Le parecía que ella era alguna especie de cachorrito ignorado. Ella se inclinó sobre la barra, su camisa a cuadrosgrunge balanceándose a causa del aire que venía de la puerta semi abierta, y prosiguió con su conversación en voz baja con el barman.

Eres un hipócrita Eric Campbell, pensó para sí mismo mientras caminaba hacia ella inevitablemente. Él estaba solo una vez más; otra noche, pensó.

“¿Sabes? Las chicas bonitas como tu no deberían tomarle el pelo a los chicos como él” Dijo inclinándose a su lado en la barra, mirando como el joven camarero le traía una nueva bebida.

Alaska se giró con una media sonrisa asomando sus ojos, a pesar de que no parecía estar sorprendida de verlo en absoluto.

“Yo no lo consideraría tomar el pelo” Ella meditó en voz baja. Eric se rió entre dientes, pidiéndole a otro barman que le sirviera una cerveza.

Sus órbitas azules lo miraban atentamente. mientras arqueaba una sola ceja, divertida. “Vas a humillarte como lo hiciste la última noche que nos sentamos aquí, Eric Campbell?”

Él soltó una pequeña carcajada sin entusiasmo, mientras cogía su cerveza y se la llevaba a los labios, no sin antes murmurar “No si tu lo impides.”

Así que él se quedó. Hizo caso omiso a la vocecita en su cabeza que le decía que se marchara, que llamase a Matt o a algún otro de sus compañeros de banda para salir juntos a emborracharse y a llevarse su propia chica trofeo a casa esa misma noche. Tal vez debería tratar de conseguir una novia o alguna mierda por el estilo.

En cambio, Eric Campbell se quedó pegado a su lado y, antes de darse cuenta de ello, se perdieron en algún lugar entre bromas simples y los lugares que había viajado él mientras estaba de gira con la banda.

“Wow, estoy sorprendido, Decany” Pronunció él, levantando las cejas mientras la observaba tras escuchar sobre todos los lugares en los que ella había estado.  Ella sonrió, llevándose uno de sus desordenados mechones rubios tras la oreja mientras se reía.

“Sí, bueno, no solo los miembros de bandas famosas tienen el mundo en sus manos, ya sabes.” Ella le guiñó un ojo antes de dirigir su mano a la cerveza de él y llevándosela a los labios.

Había algo en ella, pensó. Algo que no podía describir.

Por el ambiente en el bar, la conversación animada con ella y el acto que ella había realizado bebiendo de su cerveza, hizo que Eric se encontrase sonriéndola de vuelta y escupiendo palabras antes de que estas pudiesen ser controladas.

“¿Quieres venir conmigo a mi piso?” Le pregunto, sorprendiéndose a si mismo al hacer tan atrevida pregunta. Pero más lo sorprendió su respuesta.

“Por supuesto.”







Carpe Diem.
Seize the day.
Make your lives extraordinary.


Annie.



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